El Lilo o Lila a pesar de su delicado aspecto, es una planta fuerte.
El aroma y la floración de la Syringa vulgaris es todo un regalo para nuestros sentidos. Es una planta que aunque no está catalogada como rústica, lo es, porque en muchos lugares digamos que ‘se cuida casi ella solita’.
Este arbusto es muy utilizado con fines ornamentales en jardines, donde puede convertirse en árbol y alcanzar una altura de más de cinco metros, por lo que debemos considerarlo a la hora de su plantación. Tener en un jardín las flores azules de los Lilos y las flores púrpura del árbol del amor (Cercis siliquastrum) que florecen al mismo tiempo, es un espectáculo para el olfato y la vista, increíble. Se utiliza también para macizos, para crear cierres, en vallas y setos informales.
En jardinería al ser la Syringa vulgaris de carácter caduco y disfrutar de su corta floración solo en primavera, como su follaje perdura hasta el comienzo del otoño, de manera acertada se asocia su plantación con bulbos de otoño y primavera, por lo que cuando las lilas se hayan marchitado tendremos un toque de color con la floración de las bulbosas.
También son siempre una excelente elección en jardines pequeños, balcones, terrazas, patios ajardinados o pequeños rincones, donde lo podemos cultivar en maceta, aunque su crecimiento está claro que no será tan espectacular, aunque sus cuidados y el objetivo de que nos regale su preciosa floración son los mismos.
Sabrás que la primavera ha llegado cuando veas los botones florales de este arbusto, en forma de ramillete. Antes de que sus flores abran puedes cortar algunas ramas y hacer un bonito ramo en un bonito jarrón con agua. Estás abrirán a lo más tardar dos días inundando con su aroma toda la estancia, un lujo maravilloso del que puedes disfrutar hasta que su fragancia se agote.
El origen de la Syringa vulgaris
Su origen son los Balcanes, en el sudeste de Europa, donde crece en zonas rocosas.
Su nombre científico es Syringa vulgaris y pertenece a la familia Oleaceae, aunque popularmente es conocido como Lilo o Lila. Aclarar que existe la costumbre de llamar al arbusto Lila, pero en realidad debemos diferenciar estos dos conceptos, Lila es la flor y Lilo, la planta.
¿Cómo es la Syringa vulgaris?
Hablamos de un género, Syringa, de plantas fanerógamas de más de cien especies descritas, aunque solamente unas veinte son las especies aceptadas.
Entre las muchas especies y variedades ornamentales podemos encontrar plantas de flores simples o dobles, de distintos portes y donde el color de su floración puede ser blanco puro, rojo burdeos, púrpura oscuro, lavanda púrpura y lila claro. En este artículo nos centramos en la Syringa vulgaris, aunque los cuidados son comunes a todas sus especies y variedades.
Es un arbusto de carácter caduco de crecimiento medio y porte ramificado que puede alcanzar una altura de hasta más de cinco metros.
Su tronco es liso de un color gris a gris pardo en sus primeros años, conforme pasan estos, de forma longitudinal se va agrietando.
Las hojas son simples, con un tamaño medio, lanceoladas, con forma de corazón en un tono verde claro brillante.
La floración que aparece entre abril y mayo está formada por grandes y densas panículas terminales repletas de pequeñas flores, que habitualmente son de color blanco, lila o malva.
El fruto es una cápsula seca, parda, lisa, de dos cm de largo, dividida en dos para lanzar las dos semillas aladas.
Cuidados de la Syringa vulgaris
Su ubicación es a pleno sol. Debemos asegurarle en su ubicación que recibe al menos seis horas de sol directo al día, de esta manera obtendremos una excelente floración. Pero no es solamente el sol lo que necesita, el frío, le es tan necesario como el calor para florecer. Puede aguantar hasta los -15ºC.
Es resistente, rústico y se adapta a muchas condiciones, por lo que se desarrolla bien en cualquier tipo de suelo, eso sí, lo ideal es que sea neutro o calcáreo y esencial que tenga buen drenaje. Si el suelo es pobre le podemos aportar materia orgánica para enriquecerlo antes de su plantación.
Las mejores épocas para la plantación del Lilo es el invierno. Es un arbusto que necesita mucho espacio, así que si queremos implantar un seto debemos tenerlo en cuenta. También al elegir la ubicación debemos asegurarnos que tiene buen drenaje, ya que no soporta el encharcamiento.
La Syringa vulgaris tiene en cuanto al riego unas necesidades importantes en época de floración, recordemos que es la época que más calor hará. Es de los cuidados más significativos porque es vital mantener sus raíces bien hidratadas, evitando que entre riego y riego el suelo se seque, es fundamental. Ojo, evitando el encharcamiento.
Podemos aplicar solamente en primavera, momento de la floración, un abono mineral, lo que hará que este arbusto produzca más cantidad de flores. Y en otoño, no estará de más aplicar un poco de compost o abono orgánico de cara a la llegada del invierno.
En cuanto a la poda, tendremos en cuenta que la Syringa vulgaris forma sus ramilletes de flor a partir de las yemas preexistentes del año anterior, por lo que si las podamos no tendremos flor en la primavera. Así que le daremos una poda de limpieza en invierno, durante su reposo vegetativo, eliminando partes muertas o dañadas. Después de su floración y para su mantenimiento podaremos las ramas que hayan florecido por la mitad para conservar su aspecto compacto y estimular la próxima floración. Sí que es importante ir retirando los racimos de flores que se vayan marchitando.
El Lilo se reproduce en verano por esquejes derivados de ramas laterales. También en primavera podemos realizar acodos o trasplantar hijuelos enraizados al pie del tronco en invierno.
Plagas y enfermedades de la Syringa vulgaris
A la Syringa vulgaris pueden atacarla diversas enfermedades e insectos, así que lo mejor es detectar de manera precoz estos problemas para evitar su expansión con tratamientos preventivos.
Al ser una planta que debemos mantener bastante húmeda podemos encontrarnos con Oidium y virosis, por lo que no debemos excedernos con el agua y asegurarnos que tenga buen drenaje, que no esté encharcada.
Con la llegada de la primavera y el aumento de la temperatura suelen aparecer las primeras plagas en el jardín, así que si tratamos de forma preventiva, evitaremos la aparición de las más comunes como la cochinilla y las orugas de algunas mariposas.
Es un arbusto humilde que pasa desapercibido cuando no está en flor, pero el aroma espectacular en su floración hace que te estremezcas de bienestar y dulzura al pasar por su lado