Son muchos los artículos que puedes encontrar en torno a la Salvia haciendo referencia principalmente a su importancia medicinal, porque además de embellecer nuestros hogares y jardines se ha demostrado que esta planta posee muchas propiedades beneficiosas, ya que tienen un enorme potencial para mejorar un amplio abanico de dolencias y molestias, lo que hace que nuestra salud y calidad de vida sea mejor.

La industria farmacológica incorpora algunos de sus componentes en los medicamentos y también en forma de tónicos e infusiones de los que podemos beneficiarnos porque es muy popular para ayudarnos con una mala digestión, con la ansiedad, en una irritación en la piel o en un ciclo menstrual particularmente doloroso, entre muchas otras cosas.

Pero nosotros no entraremos en detallar sus propiedades medicinales, solamente hablaremos de ella a nivel botánico.

La Salvia sp. es una planta que muchos confunden con la Lavandula dentata , en especial la Salvia officinalis y que podemos encontrar como esta, en la sección de plantas aromáticas, para disfrutar de sus bellas espigas de flores y follaje en distintos colores y texturas, según variedad y lucirla en solitario o en compañía de otras aromáticas en jardín, patios, balcones o terrazas.

También puede ubicarse en el interior de nuestras viviendas siempre que le aportemos los cuidados y necesidades que requiere. Es como tener un precioso ramos de flores.

La Salvia sp. es una planta de cuidados sencillos y tolerante a la sequía por lo que es fantástica para xerojardinería (jardinería de bajo mantenimiento).

Es una candidata ideal para poner plantas con flores junto al huerto, porque el néctar de todos los tipos de Salvias es gran alimento de polinizadores: mariposas, mariquitas, abejas y otros insectos beneficiosos se sentirán atraídos por ellas.

Variedades de Salvia.

La Salvia, resulta ser una planta maravillosa para cultivar en jardín como en maceta con una gran variedad de tipos en diferentes colores, alturas y texturas.

Botánicamente, el género Salvia sp. tiene alrededor de 900 especies, pertenecientes a la familia Lamiaceae. Sería complicado y muy extenso describir cada una de ellas, por lo que aquí conoceremos brevemente algunas de las más conocidas:

Salvia officinalis.

Es la más reconocible de las salvias, la Salvia officinalis, una planta herbácea que puedes encontrar en las regiones cálidas de buena parte del planeta. De hecho su origen se encuentra en las zonas rocosas y secas del Mediterráneo.

Salvia officinalis icterina, S. officinalis purpurescens y S. officinalis tricolor

De izquierda a derecha: Salvia officinalis icterina, Ssalvia officinalis purpurescens y Salvia officinalis tricolor

Se trata de una planta perenne, muy rústica con un crecimiento rápido que puede alcanzar una altura de aproximadamente 70 cm de altura. Las hojas de la Salvia officinalis son de un color que puede ir de verde a gris azulado, también con tonos púrpura como la variedad ‘purpurescens’, en tonalidad variegada como la variedad ‘icterina’ o la variedad ‘tricolor’ en tono verde, blanco y rosa. Las flores de alrededor de 3 cm son en tonalidades de azul, rosa y lila.

Salvia microphylla.

La Salvia microphylla es una de las salvias ornamentales más apreciadas y populares en jardinería por sus flores, que tienen un largo periodo de duración. Es conocida entre otros nombres como salvia micro, salvia rosa o salvia granadina, llegando a alcanzar una altura de hasta 1 metro.

Salvia microphylla

Sus tallos son delgados y el follaje con un aroma parecido al de la menta, es en verde claro pero intenso con pequeñas hojas ovaladas. Las flores pequeñas también, aparecen en espigas florales entre finales de verano y otoño, siendo de las más apreciadas por sus vivos colores en fucsia y rojo carmín.

Salvia farinácea.

La Salvia farinácea crea matas densamente ramificadas con tallos de textura harinosa, de ahí su nombre. Es caducifolia por lo que se cultiva como anual pudiendo alcanzar entre 50 y 60 cm de altura. Tiene su origen en México y Texas.

Salvia farinacea

Sus hojas son alargadas, opuestas y simples de un color verde azulado, aunque en algunos cultivares son más grises y parecen hasta plateadas. Forma unas inflorescencias donde sus flores bilabiadas van del color añil al blanco pasando por el azul violeta, el azul púrpura o combinada en azul y blanco. Todo el verano y hasta que comiencen las heladas nos regalará estas espigas floreadas que atraen abejas, mariposas y pájaros.

Salvia splendens.

A la Salvia splendens, debido a sus espigas se la conoce con los nombres vulgares de salvia banderilla y también salvia roja por las flores que conforman estas formaciones espigadas. No llega a superar el metro de altura y es originaria de algunas zonas tropicales de Sudamérica, en especial de Brasil.

Salvia splendens

Es una planta que en su hábitat natural se comporta de forma perenne, pero en jardinería se la cultiva como planta anual. En jardinería es muy apreciada por su increíble floración escarlata que adopta toda la espiga desde final de primavera a las primeras heladas de otoño.

Salvia elegans.

A la Salvia elegans se la conoce también como salvia piña, flor del cerro o limoncillo. Su primer nombre común se debe a su aroma que nos recuerda al de la piña. Habita en zonas boscosas altas y es originaria de México y Guatemala.

Salvia elegans

Es perenne en zonas cálidas y se cultiva como anual en zonas donde hace más frío, ya que aunque su parte aérea muere con las primeras heladas y rebrota en primavera. Las flores tubulares son pequeñas en color rojo y son todo un festín para mariposas y colibríes.

¿Cómo es la Salvia?

Hay muchas variedades de Salvia, muy diferentes algunas entre sí. Pueden ser anuales o perennes, de porte más alto o bajo, con o sin flores, pero todos los tipos de Salvia tienen en común que son plantas muy resistentes.

Su follaje tiene un catálogo importante de color, puede ser verde claro, oscuro, grisáceo, púrpura o variegata.

Las flores también tienen un importante elenco de colores que van desde el lavanda hasta el azul brillante, púrpura, rosa, fucsia, rojo, blanco y bicolores.

Cuidados de la Salvia.

Su ubicación ideal para que crezca fuerte, sana y florezca en abundancia, es el sol directo en la mayoría de las variedades. En las zonas más cálidas, si la acompañamos de otras plantas tendrá esa humedad ambiental que necesita a su alrededor. Si la tenemos en el interior debe estar fresca, bien ventilada y muy bien iluminada. Debe tener muy buena aireación.

A la Salvia el frío le va mal aunque resiste alguna helada esporádica. Si la tenemos en maceta y pronostican una fuerte helada la resguardaremos.

Le gustan los suelos ligeros, con un elevado contenido de materia orgánica. No tolera el encharcamiento, por lo que debe tener muy buen drenaje, tanto si está en suelo como en maceta. En este último caso le incorporaremos en el fondo de la maceta arcilla expandida o grava para que drene bien. Un ‘sustrato universal’ o para ‘plantas de exterior’ es ideal, lo utilizaremos si la tenemos en maceta y queremos trasplantarla en primavera.

Estamos ante una planta que aunque resiste bien la sequía, en periodos calurosos si nos descuidamos su follaje se vuelve lacio. Dependiendo de la época del año en la que nos encontremos su riego variará, eso sí, nunca debemos dejarla encharcada, debe drenar muy bien.

Salvia en jardín

Abonado, poda y reproducción de la salvia en tu jardín.

A la hora de su abonado, le aportaremos un abono para plantas de flor en el agua de riego en los meses más cálidos que coinciden con la floración. Debemos tener en cuenta el equilibrio de este, ya que los abonos muy ricos en nitrógeno reducen la cantidad y calidad de las flores. Un equilibrio 18-12-24 es ideal.

En lugares donde no se den heladas fuertes y persistentes, podemos podar nuestra Salvia. La podaremos con un corte limpio y siempre por encima de una yema. Lo haremos en primavera limpiando además las ramas rotas, viejas o indeseadas aprovechando si está en maceta para su trasplante.

Las salvias pueden propagarse por semillas (reproducción sexual) o por esquejes (propagación vegetativa), esta última asegura que las nuevas plantas conserven las propiedades de la variedad madre.

Plagas y enfermedades de la Salvia.

La salvia tienden a ser una planta suficientemente resistentes o rústica, pero conviene conocer cómo combatir sus principales enemigos si se presentan. Las posibles plagas a las que debemos estar alertas son por cultivos colindantes principalmente: pulgón, araña roja, mosca blanca, thrips y el minador.

En cuanto a las enfermedades, aunque no son muy habituales, en caso de aparecer serían más propensos, el Mildiu, Alternaria, Roya y Corynespora.

Tratamientos preventivos con un insecticida de triple acción: insecticida, fungicida y acaricida, nos evitará muchos problemas.

Las Salvias se utilizan en rocallas, para realizar borduras y para setos bajos. Y en maceta resultan muy elegantes donde se ubiquen.

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