La Muhlenbergia capillaris y su pelo rosa.
La Muhlenbergia capillaris, es una planta con un gran valor ornamental, es la viva imagen que podemos tener de una hierba de colores fantásticos moviéndose con el viento.
Especialmente la Muhlenbergia capillaris es utilizada en jardinería como tapizante, en macizos y en jardines de bajo mantenimiento.
Como la mayoría de las gramíneas ornamentales, controla la erosión, gracias a sus desarrollados sistemas de raíces fibrosas que mantienen el suelo en su sitio, lo que la hace ideal para márgenes y taludes.
Es una planta de rápido crecimiento que se establece muy fácil, soporta todo tipo de climas peninsulares, sirve para controlar la erosión, tolera muy bien los suelos salinos y requiere de un riego moderado.
La Muhlenbergia capillaris o hierba de cabello rosado, como se la conoce popularmente, tiene unas finas hojas de colores rojizos, que llegan a su punto álgido en primavera con la delicada floración de increíbles flores voluminosas y vaporosas que le aportan personalidad y colores otoñales al jardín, ya sea en macizos y setos o colocadas mezcladas con otras especies de sus mismas características.
Es todo un espectáculo con llamativos y vistosos contrastes, que cuando sopla el viento aporta un efecto de movimiento y vaporosidad allí donde se ubique.
El origen de la Muhlenbergia capillaris.
El género Muhlenbergia sp son hierbas perennes que pertenecen a la gran familia de las Gramíneas (Poaceae).
Su origen está en América del Norte y lo forman unas 175 especies aceptadas que viven en pastos altos, matorrales, bosques mixtos de coníferas y comunidades de bosques de robles.
Entre todas ellas, existe un grupo grande y diverso de especies de Muhlenbergias sp, con follaje ligero que varían en altura (de 45 a 150 cm), florecen de agosto a noviembre y presentan una amplia gama de colores, texturas y patrones de cabezas de semillas. Por lo general, permanecen inactivas durante el invierno.
El género de la Muhlenbergia capillaris lleva el nombre de Henry Muhlenberg (1711-1787), un pastor luterano alemán enviado a América del Norte como misionero, que se hizo célebre por sus trabajos en botánica en colaboración con otros botánicos europeos. Se le atribuye la clasificación y el nombre de 150 especies de plantas en su trabajo de 1785, Index Flora Lancastriensis. El epíteto ‘capillaris’ procede del latín y significa capilar, equivalente al pelo.
¿Cómo es la Muhlenbergia capillaris?
Muhlenbergia capillaris Regal Mist® ‘Penca’. Es una marca registrada, una selección de Muhlenbergia capillaris que destaca por su excelente rendimiento floral. El cultivar ‘Penca’ forma grupos compactos de hojas verdes. Su floración en espigas de flores rematadas con innumerables flores diminutas al final del verano, forman una nube de color rosa oscuro que parece flotar de 30 a 45 centímetros por encima del follaje. En plantaciones masivas resulta impresionante.
A saber que dentro de este género encontramos variedades tan atractivas como estas:
- Muhlenbergia capillaris ‘White Cloud’. En este cultivar, las nubes de flores no son rosadas, son blancas. Es un poco más alta y erguida que la especie anterior, crece de 90 a 120 cm en altura y florece un poco más tarde. La floración es como plumas esponjosas de delicadas flores blancas que se elevan unos 30 centímetros por encima del estrecho follaje verde azulado. Los tallos en flor persisten hasta el invierno.
- Muhlenbergia lindheimeri. Es una especie nativa de Texas y México, con hojas estrechas semi-perennes de color verde medio que proporcionan un carácter suave y relajado en entornos de jardín. En altura el follaje crece de 60 a 90 cm y las panículas de flores con forma de pluma pueden alcanzar 1,5 m de altura. El follaje y las panículas se desvanecen a colores verde pálido y dorado a finales del otoño. Como las otras gramíneas del género, se adapta muy bien a las condiciones del jardín.
La Muhlenbergia capillaris forma un follaje basal denso. Sus hojas con puntiagudas, estrechas de un color verde amarillento que alcanzan una altura de hasta 90 cm. La época de floración generalmente en España ocurre a finales del verano y principios del otoño cuando se cubre con espiguillas de flores de tonos rosados que se elevan sobre el follaje como si flotaran, como nubes de algodón rosado, blanco o dorado, depende de la variedad. La variedad rosa, la más popular, se le da el nombre común de hierba de cabello rosado, hierba de pelo rosa, algodón de azúcar, muña…
Cuidados de la Muhlenbergia capillaris.
La Muhlenbergia capillaris prefiere el sol directo, aunque la podemos ubicar en semisombra con al menos seis horas de sol directo diarias. Resisten bien la salinidad y la brisa de los entornos marítimos, aguantando condiciones climáticas prácticamente extremas de sequía y sol. Puede resistir temperaturas de hasta -15ºC.
Es indiferente al pH del suelo y aunque pueden desarrollarse en la mayoría de suelos, incluidos los secos, pobres, arcillosos pesados, alcalinos o salados, el suelo ideal y por consiguiente donde crecen mejor, es en suelos arenosos o rocosos bien drenados.
En el caso de que tengamos la Muhlenbergia capillaris en maceta o la queramos reubicar la trasplantaremos en primavera, generalmente es el mejor momento. El clima más suave y las condiciones de crecimiento activo favorecerán la recuperación de la planta. Recordemos que debe tener buen drenaje, así que en maceta incorporaremos en la base grava o arcilla expandida.
Esta planta es capaz de sobrevivir solamente con el agua de lluvia, pero en estos tiempos que corren en algunas zonas, pues no llueve, por lo que aunque sea sumamente resistente a la sequía, agradecerá un riego moderado, especialmente en verano. Este género es recomendable para jardines de xerojardinería. Lo que no tolera es el encharcamiento.
La Muhlenbergia capillaris requiere ciertos nutrientes para un crecimiento saludable. En primavera aplicaremos un abono equilibrado en la misma proporción equitativa de NPK a la dosis indicada por el fabricante.
Recordemos que debemos evitar la sobre fertilización, ya que es perjudicial para todas las plantas. También podemos optar por utilizar abono orgánico, utilizar compost bien descompuesto para mejorar la fertilidad del suelo.
La poda en la Muhlenbergia capillaris, no es necesaria para mantener el porte de la planta. Sí que retiraremos los tallos marchitos o secos. Si se necesita realizar la poda por alguna razón, aunque puede cortarse a ras de suelo, recortaremos un tercio de su altura y al año siguiente haremos una poda más minuciosa para recuperar su buen aspecto.
En primavera se pueden propagar a partir de sus semillas y también por división de mata. Cuando las inflorescencias comiencen a perder su color rosado, se pueden recoger las semillas suavemente para no dañar a la planta.
Plagas y enfermedades de la Muhlenbergia capillaris.
Este género de plantas por sus características y rusticidad suelen estar libre de las plagas y enfermedades habituales que pueden invadir un jardín, en condiciones adecuadas de cultivo.
En algunos lugares la Muhlenbergia capillaris puede verse afectada por una cochinilla cuyo nombre científico es Stemmatomerinx acircula.
La Muhlenbergia capillaris es todo un espectáculo visual, una apuesta segura si queremos agregar delicadas tonalidades a la paleta de colores otoñales.