Atractiva planta ornamental muy popular debido a su delicado follaje, que tiene la capacidad de cerrar sus hojas cuando se la toca.
La Mimosa púdica es una excelente opción para la decoración de interiores gracias a su follaje delicado y a que puede ser cultivada en macetas y colocada en salones, oficinas o cualquier espacio interior que necesite un toque de vegetación, eso sí, con suficiente iluminación.
También es utilizada para ayudar a reducir la erosión del suelo, como cubresuelo, formando una atractiva alfombra verde.
Es utilizada en jardinería para borduras en parques y jardines, ya que es ideal por su pequeño porte para delinear caminos, senderos y jardines de rocas. Es una de esas plantas que por su singularidad puede destacar en zonas de plantación grandes, como un punto focal para atraer la atención de los visitantes.
En patios, balcones y terrazas, siempre llamará la atención su follaje y sus delicadas flores.
Resumiendo, la Mimosa púdica es una planta ornamental muy versátil que se puede utilizar como decoración de interiores, cubierta de suelo, borduras o planta de acento en jardines y parques.
Curiosidades sobre la Mimosa pudica
A saber que la Mimosa púdica, nada tiene que ver con la Mimosa que muchos tenemos en mente y que es la Acacia dealbata, un árbol de llamativas flores amarillas muy común entre los aficionados a la jardinería.
Cuando se la roza, como comentamos al comienzo, esta planta pliega sus hojas como mecanismo de defensa para parecer mustia y evitar ser comida por el ganado en su hábitat natural. Además de prevenir así el exceso de evaporación de agua, el efecto por el que es más conocida. Este recibe el nombre de sismonastia y se produce cuando el estímulo es un golpe o la sacudida del vegetal, como el movimiento de las plantas carnívoras. Este movimiento le supone a la planta un esfuerzo y estrés considerables, por lo que no se debe provocar con el fin de solo verlo.
El origen de la Mimosa pudica
La Mimosa púdica es originaria de América tropical, desde México hasta Brasil.
Pertenece a la familia de las Fabáceas (Fabaceae), que es una de las familias de plantas más grandes y diversas, y que incluye otras plantas como las judías, las algarrobas y las acacias.
La Mimosa pudica es también conocida por otros nombres comunes, como vergonzosa, adormidera, moriviví, hierba sensible, mimosa sensitiva o dormilona, entre otros.
¿Cómo es la Mimosa pudica?
Estamos ante un pequeño arbusto que en condiciones ideales de cultivo puede alcanzar el metro de altura. La Mimosa púdica tiene un sistema de raíces fibrosas poco profundo. Su tallo es delgado con costillas marcadas y pequeñas espinas cubierto de pelos blanquecinos que se ramifica desde la base.
El follaje es de un color verde claro. Las hojas tienen forma alargada y finamente dividida, estas son lo que se denomina bipinnadas (lo que significa que están divididas en numerosas hojuelas pequeñas que se unen en pares). Estas hojas tienen una característica distintiva, y es su capacidad para cerrarse al ser tocadas o agitadas. Este mecanismo de defensa es conocido como sismonastia y ayuda a la planta a protegerse de posibles depredadores y adversidades.
Las flores aparecen en verano, son globulares y pequeñas, de un cm de diámetro. Su color rosa claro y su dulce y delicado aroma le dan un encanto especial. Se agrupan en inflorecencias esféricas de dos a tres cm de diámetro.
Pasada la floración la Mimosa púdica produce produce vainas de semillas. Estas son delgadas y de forma alargada, de aproximadamente cinco cm de largo. Contienen semillas pequeñas de color marrón.
Cuidados de la Mimosa pudica
Debemos asegurarnos de elegir un lugar con suficiente espacio y luz solar directa. La exposición a la luz solar directa durante algunas horas al día le es beneficiosa para la planta, pero es importante evitar las horas centrales del día, donde esta exposición solar es altamente calurosa. Si se cultiva en interiores, es importante colocarla cerca de una ventana con buena iluminación natural.
Recordemos que la Mimosa pudica es una planta tropical que requiere un ambiente cálido y húmedo, por lo que es importante mantener la humedad del suelo sin llegar al exceso y evitar la exposición a corrientes de aire frío. Entre 20 y 25ºC es como mejor se desarrolla. Esta preciosa planta es sensible a heladas y no soporta temperaturas más bajas de 10ºC, así que si sabemos que bajará la temperatura es mejor cultivarla en maceta y así poder trasladarla al interior en los meses fríos, para luego devolverla al exterior cuando comience a subir la temperatura.
Al ser una planta tropical, si se cultiva en interiores, se puede aumentar la humedad del ambiente colocando un recipiente con agua cerca de la planta o utilizando un humidificador. Al exterior, es importante mantener el suelo húmedo sin llegar al encharcamiento.
La Mimosa pudica la podemos cultivar tanto en maceta como en suelo. Si optamos cultivarla en el suelo, este debe ser suelto y aireado, tener un buen drenaje, ser rico en nutrientes y ligeramente ácido. El pH del sustrato debe estar entre 6.0 y 6.5. Si el suelo es pobre en nutrientes, recomendamos aportarle un fertilizante orgánico para mejorar la calidad del suelo.
Si la plantamos en una maceta, esta es importante que sea lo suficientemente grande para permitir que las raíces se desarrollen adecuadamente. La Mimosa pudica tiene un sistema de raíces fibrosas y superficiales, por lo que es recomendable elegir una maceta ancha y poco profunda en lugar de una maceta alta y estrecha. Se debe elegir un sustrato rico en nutrientes, bien drenado y aireado para evitar que el agua se acumule en las raíces, uno para plantas acidófilas o universal le irá bien. Podemos poner grava o arcilla expandida en la base de la maceta para favorecer el drenaje.
La Mimosa pudica necesita un riego adecuado para crecer de forma saludable. Le gusta que el suelo esté ligeramente húmedo, pero no encharcado. Se debe evitar el exceso de agua, ya que le provocará una pudrición de las raíces. La frecuencia siempre dependerá de la humedad y temperatura del ambiente. Si el suelo se seca rápidamente, la planta requerirá riegos más frecuentes. El agua debe ser preferiblemente agua de lluvia o agua sin cloro. Podemos dejar el cubo de agua 24 horas a la intemperie para que se evapore y disminuya el contenido de cloro.
En cuanto al abonado, la Mimosa púdica requiere un abonado moderado. En la época de crecimiento activo, desde primavera hasta principio de otoño, fertilizaremos la planta una vez al mes con un fertilizante equilibrado en NPK como puede ser uno para plantas de exterior. Debemos no sobrepasar la dosis indicada por el fabricante para no causar daño a la planta.
Siempre debemos vigilar la humedad del suelo y la apariencia de la planta para ajustar la frecuencia de riego y la cantidad de fertilizante en consecuencia.
Es una planta que no necesita de poda, salvo para controlar su crecimiento indeseado, digamos que se le puede aplicar una poda de mantenimiento que la libre de hojas, tallos y flores marchitas. La Mimosa pudica la podemos podar en cualquier momento del año, pero es mejor hacerlo a finales del invierno o principios de la primavera, cuando la planta está en reposo y antes de que comience su crecimiento activo.
La Mimosa pudica la podemos reproducir tanto por semillas como por esquejes. La propagación por semilla es la forma más frecuente de propagación, ya que la planta produce numerosas semillas que se pueden recolectar cuando están maduras.
Plagas y enfermedades de la Mimosa púdica
No cuenta con enemigos naturales, pero pueden afectarle por cultivos colindantes algunas plagas y enfermedades, todas ellas controlables. Digamos que para controlarlas en la Mimosa púdica, y también en todas las plantas, mantener la planta saludable y fuerte mediante un adecuado riego y una nutrición equilibrada, es suficiente.
Lo recomendable es inspeccionar regularmente la planta en busca de signos de plagas y enfermedades y tratarlos de inmediato si se detectan. El uso de insecticidas y fungicidas de forma preventiva es efectivo, siempre utilizados siguiendo las instrucciones del fabricante.
En cuanto a plagas podemos ver:
• Ácaros: Estos causan decoloración, pérdida de hojas y una apariencia general de debilidad en la planta.
• Mosca blanca: Estas pequeñas moscas chupadoras de savia las encontraremos en el envés de las hojas y provocan debilidad y decoloración en las hojas.
• Orugas: Las orugas se alimentan de las hojas.
En cuanto a las enfermedades, la Mimosa pudica es propensa a sufrir las siguientes, si en especial no se controla bien el riego:
• Mancha foliar: Se trata de una enfermedad fúngica que causa manchas marrones en el follaje y hace que las hojas se caigan.
• Oídio: Esta enfermedad fúngica se presenta como una capa blanca y polvorienta en las hojas de la planta.
• Pudrición de raíz: Esta es causada por hongos que atacan las raíces de la planta, lo que hace que la planta tenga un crecimiento lento y amarillamiento de las hojas.
Disfrutemos de esta interesante planta con una de las más llamativas cualidades, la de que sus hojas son capaces de reproducir ese movimiento rápido cuando notan que algo las ha tocado, movimiento similar al de las plantas carnívoras cuando detectan una presión. Por eso esta planta es conocida comúnmente como sensitiva.
No olvidemos que para la Mimosa pudica el plegar sus hojas le requiere de un gran esfuerzo, por lo que no debemos jugar con ella.