El éxito de esta trepadora radica en su fácil cultivo, velocidad de crecimiento, capacidad de ocultación y floración olorosa.
La Lonicera japonica es una de las trepadoras más utilizadas en jardinería para cubrir pérgolas, muros o vallados en un corto espacio de tiempo, gracias a su frondosidad que le da una capacidad de ocultación importante, además de por su fragante floración.
También se emplea como planta cubresuelo o tapizante, en especial si el terreno presenta pendientes destacables. Por ello también se utiliza para controlar la erosión del suelo.
Es una planta que se desarrolla muy asilvestrada y requiere muy pocos cuidados. Una vez plantada en el jardín si las condiciones son las favorables solamente necesitará de una buena y fuerte estructura para crecer trepando.
Podemos cultivar la Lonicera japonica en maceta ya que aunque su crecimiento es rápido también es una de las plantas que permite una buena poda para mantenerla en las dimensiones deseadas.
El origen de la Lonicera japonica
La Lonicera japonica, es una especie del genéro Lonicera spp. integrado por unas 100 especies de arbustos en su mayoría trepadores procedentes del Hemisferio Norte que pertenecen a la familia de las Caprifoliaceae.
Las especies más conocidas son: Lonicera japonica (Madreselva japonesa), Lonicera periclymemum (Madreselva europea), Lonicera caprifolia, Lonicera etrusca, Lonicera sempervirens (Madreselva trompeta), Lonicera nítida (Madreselva de hoja), Lonicera implexa, Lonicera caerulea, Lonícera pileata…
La Lonicera japonica se conoce por los nombres vulgares de Madreselva y Madreselva del Japón, ya que procede de Corea, Japón y China.
¿Cómo es la Lonicera japonica?
La Lonicera japonica se comporta como un arbusto trepador, vigoroso y perenne. Sus ramas sarmentosas crecen con rapidez. Su sistema radicular es bastante superficial y fasciculado por lo que puede explorar de forma eficiente el terreno en busca de humedad.
Su follaje de color verde intenso tiene hojas simples, opuestas de forma oval.
Su floración en el hemisferio norte se produce desde bien entrada la primavera hasta mediados de verano, aportando un atractivo colorido. Las flores de la Lonicera japonica son muy fragantes, tubulares y bilabiadas de color rosado o rojo mientras son botón floral, convirtiéndose en blancas al abrirse y virando a amarillo conforme avanza el tiempo.
Sus frutos también son aromáticos, en forma de drupa ovalada azul oscura de 5–8 mm de diámetro que contiene numerosas semillas. Al madurar adquieren una tonalidad roja.
Cuidados de la Lonicera japonica
Para que su crecimiento sea el adecuado la ubicaremos a pleno sol, aunque también podemos ubicarla en semisombra si nos aseguramos que recibe al menos seis horas diarias de sol. Si tiene muchas más horas de sombra la planta crecerá más tierna y con floración escasa.
Podemos en el jardín acolchar su base con corteza de pino o similar que proteja sus raíces si la temperatura no está entre los 10 y 25ºC.
Como indicamos en su descripción estamos ante una planta trepadora de crecimiento rápido, por lo que debemos proveerle una estructura de agarre fuerte, bien cerca de una valla, muro, celosía, pérgola… para facilitar su guiado y que soporte bien el peso de sus ramas.
Debemos procurarle un suelo ligero, con muy buen drenaje, ya que no soporta el encharcamiento. Así que el terreno debe ser fértil con buena materia orgánica y que no sea alcalino porque sus hojas amarillearán produciendo lo que se conoce como clorosis férrica.
Si la ubicamos en maceta, incorporar en el fondo, grava o arcilla expandida para que drene bien. El sustrato que utilizaríamos sería el de los llamados ‘universal’ o para ‘plantas de exterior’ para su trasplante en maceta, que lo efectuaremos en primavera.
Nunca debemos dejarla encharcada, debe drenar muy bien. El riego en la época de mayor crecimiento será regular, manteniendo el sustrato siempre húmedo.
En cuanto al abonado durante su periodo vegetativo más intenso le aplicaremos en el agua de riego un fertilizante del tipo 18-12-20 con microelementos una vez por semana. En el periodo invernal lo reduciremos a una vez al mes.
Tolera muy bien la poda. Esta la realizaremos después de la floración y nos limitaremos a eliminar las ramas que puedan haber secas o dañadas, así como las ramas que salgan de la zona que tengamos establecida.
La Lonicera japonica la podemos reproducir mediante diferentes formas. Por semilla digamos que sería la menos indicada por su lentitud de cultivo y también por la dificultad de obtener la semilla y su germinación. La reproducción por esqueje es una de las maneras más fáciles. Para ello en primavera y verano recurriremos a esquejes de madera tierna. Por el contrario si optamos por hacerlo en otoño, los esquejes serán de estacas de madera más dura. Pero el método más seguro, es el de esqueje por acodo, ya que al ser una planta que desarrolla tallos largos, es muy cómodo coger una rama, hacerle unas pequeñas heridas y enterrarlas por esta zona. En pocas semanas estará enraizada.
Plagas y enfermedades de la Lonicera japonica
Estamos ante una planta muy rústica, por lo que posibles plagas y enfermedades suelen ser escasas.
En cuanto a plagas puede ser atacada por la oruga cigarrega (Cacoecia rosana), cochinillas y pulgones. Con la aplicación de un insecticida sistémico en caso de aparición se pueden eliminar.
En época lluviosa puede desarrollarse sobre ella determinados hongos como el Oidium o la Puccinia spp. (roya) que provoca manchas en sus hojas y aunque no afecta a la vitalidad de la planta, sí que a nivel ornamental deja mucho que desear. En caso de aparición se aplicará un fungicida.
La Lonicera japonica puede desarrollarse hasta varios metros de altura en tan solo un año, lo que hace que su envergadura sea perfecta para esconder lugares antiestéticos dotándolos de gran belleza.