La manera divertida de acercar esta verdura a los niños de la casa.

Hablar de acelgas de colores es en realidad hablar de las populares acelgas verdes. Son la misma especie, en cocina se elaboran de igual forma y su cultivo no difiere de las acelgas tradicionales.

Al igual que en el mercado vemos diferentes tipos y variedades de acelgas con distintos anchos de penca, con hojas más o menos grandes e incluso algunas de ellas muy lobuladas, las acelgas de colores se diferencian en estas en que sus pencas, así como sus nerviaciones principales, pueden ser de color amarillo, naranja, rojo, etc. en sus diferentes tonos.

Estamos ante un tipo de acelgas no tan populares en España que nos puede ayudar a aumentar el catálogo de plantas en nuestro huerto. Un grupo que, junto con las espinacas, las lechugas y las endivias, se consumen sus hojas.

Cultivo de acelgas de colores

El origen de las acelgas de colores.

La acelga ha sido considerada como alimento básico de la nutrición humana (y animal) durante mucho tiempo y su origen se le ubica en el área del Mediterráneo, sur de Europa y norte de África. De hecho, Aristóteles la menciona en sus escritos en el siglo IV a.C.

Durante la antigüedad, era fácil ver su consumo en países como Egipto, Grecia, Roma e incluso en países árabes.

El nombre científico de la acelga es Beta vulgaris y pertenece a la familia de las Quenopodiáceas. Es laxante y digestiva, y quizás por ello su consumo, junto con el de las espinacas, fueros consideradas dos verduras fundamentales para dietas sanas.

¿Cómo son las acelgas de colores?

La acelga de colores, como la de hoja verde, posee grandes y carnosas hojas con pencas que también son comestibles. Lo normal es consumirla cocida y aderezada sola como hervido, o bien como acompañante en guarnición de carnes, pescados, etc. Sus hojas tienen un sabor semejante al de las espinacas, aunque algo más suave.

Sus raíces tienden a ser bastante profundas y fibrosas, por lo que, si las plantamos en contenedores o jardineras, conviene que estos contengan una buena capa de sustrato.

Las acelgas de colores son hortalizas muy fáciles de cultivar en un huerto urbano, incluso en los de balcón y terraza. Y una manera divertida para acercar esta verdura a los menores de la casa.

La planta va emitiendo hojas constantemente, lo que nos permite recolectarlas según las vamos necesitando. Su altura se sitúa entre los 40 y 60 centímetros, por lo que pueden cultivarse varios ejemplares en poco espacio.

El cultivarlas en casa tiene muchas ventajas. Entre ellas, su recolección y consumo, porque es aconsejable hacerlo en el menor tiempo posible, ya que conforme transcurre el tiempo una vez cortadas sus hojas, esas van perdiendo sus propiedades nutritivas.

Acelgas de colores en maceta

Los cuidados de las acelgas de colores.

Los cuidados de las acelgas de colores son mínimos si se cultiva en temporada. Podemos iniciar su cultivo mediante la compra de semillas. Estas se suelen vender en sobres con nombres como acelgas de colores, acelgas de tallo multicolor o acelgas arco iris, por ejemplo.

Pero si es la primera vez que las cultivamos y no conocemos muy bien su cultivo, una buena opción es comprar las plantas ya germinadas en bandejas de alvéolos o macetas más crecidas.

Si optamos por esta opción, la oferta de planteles la encontraremos solamente durante la época apropiada para su cultivo. Su mejor época es durante los meses frescos del año, durante los meses de otoño, invierno y primavera. Esta planta tiene su ciclo de crecimiento ligado a la duración del día. Por ello, cuando las temperaturas son elevadas y los días tienen una duración mayor de 12 horas, la acelga tiende a finalizar su ciclo y florece.

Es importante seleccionar para tener cuantos más colores mejor, permitiéndonos tanto disfrutar de una mayor ornamentación del balcón como de elaborar platos más variados.

La ubicación es importante y será a pleno sol para conseguir unas hojas tersas y con colores más intensos. Al ser muy ornamentales, podemos potenciar este aspecto eligiendo macetas o jardineras de colores apropiados a la variedad. El tamaño de la maceta debe de ser de 30 centímetros como mínimo de diámetro y similar en profundidad.

Para su plantación, podemos utilizar un sustrato especial para plantas de exterior o sustrato para huertos urbanos. Las acelgas son plantas muy rústicas y vegetan bien en casi todos los tipos de suelo.

Una vez plantadas, nos limitaremos a regar y abonar, utilizando un fertilizante del tipo plantas de interior enriquecido con micronutrientes. Siempre es recomendable abonar frecuentemente a bajas dosis que mucho en ocasiones esporádicas.

Plagas y enfermedades de las acelgas de colores.

Las acelgas son plantas muy rústicas y como mucho, los caracoles y pulgones son sus grandes enemigos.

Para combatirlos, en el caso de los caracoles y babosas, hay productos específicos llamados antilimacos, pero es preferible eliminarlos manualmente, evitando aportar productos venenosos a la planta.

En el caso de los pulgones, sí debemos recurrir a tratamientos con insecticidas, procurando que estos sean ecológicos porque constantemente estaremos recolectando sus hojas.

Como ves, cultivar tus propias acelgas de colores en tu terraza, patio o jardín es muy fácil. Seguro que serán una curiosidad y la delicia para toda la familia y amigos.

 

Imágenes gentileza de Pixabay

 

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