Destaca su eficacia para eliminar formaldehído del aire.
El Ficus benjamina es una de las plantas ornamentales más populares y en el caso de los países del arco Mediterráneo y Portugal tenemos la suerte de poderlo disfrutar tanto como planta de interior como planta de exterior, sobre todo en las regiones donde el clima es más cálido.
En el mercado lo encontraremos en distintos formatos y tamaños. Y también en distintas variedades de follaje con matices muy distintos entre ellos, otros con hojas grandes, alargadas, pequeñas…, aunque se adquieren bajo el nombre genérico de Ficus benjamina, existen numerosas variedades cuyo nombre suele escapar al conocimiento del consumidor. Entre ellas nombramos algunas para mostrar su diversidad genética y tomar conciencia de que un Ficus benjamina no es un genérico: Danielle, Golden King, Alii, Anastasia, Bundy, Citation, Crespada, Curly, Deborah, De Gantel, Esther, Esther Gold, Exótica, Exotic Monique, Fiwama, Francis, Jennifer, Lydia, Marjolein, Mandy, Marole, Mikki, Minetta, Mini Gold, Natasja, Nina, Nikita, Nightingale, Naomi Beauty, Nuda, Profit, Rianne, Reginald, Starlight, Samantha, Twilight, Too Little, Vivian, etc.
El Ficus benjamina como planta de interior tiene un montón de opciones decorativas. Estas en los formatos más grandes se utilizan para la decoración de interiores en hoteles, salones de recepción, restaurantes, etc. donde resaltan su potencial ornamental con su plantación en decorativos maceteros o hidrojardineras.
Luego tenemos los distintos portes, que entre los más populares están:
- Arbustivo: Se cultiva en maceta o contenedor grande donde crecen varias plantas juntas tutoradas sobre cañas de bambú en porte que puede ser vertical o abierto.
- Piramidal: Digamos que es una variante del anterior, donde los tutores están sujetos en su parte superior en un solo punto adquiriendo así el aspecto piramidal.
- Trenzado: Es un modelo más elaborado donde se plantan diferentes plantas en la maceta o contenedor y conforme crecen se le dan diferentes tipos de trenzado a sus tallos principales. A cierta altura se deja de trenzar y mediante podas se va creando la copa. Con el tiempo, estos troncos individuales pueden llegar a fusionarse entre sí hasta convertirse en un solo tronco.
- Pie alto o arbolito: Parecido al formato anterior, pero aquí solamente hay un solo tronco principal. A veces se suele dar una variante de ir formando como una espiral. Ya a la altura deseada se corta su crecimiento vertical y se trabaja su copa.
En muchas regiones de clima cálido, los vemos en calles como árboles de alineación donde su frondosa copa adquiere con la poda curiosas formas: cuadrada, redonda, ‘donuts’, media esfera…
Entre las cinco plantas que la NASA recomienda para purificar el aire de nuestro hogar están el Epipremnum aureum, el Spathiphyllum sp., el Raphis excelsa, la Sansevieria trifasciata y el Ficus tanto Ficus robusta como el Ficus benjamina. En el caso del Ficus benjamina destaca su eficacia para eliminar formaldehído del aire. A ello añadimos que es muy resistente a las enfermedades y que con el índice elevado de transpiración que tiene ayuda a mantener la humedad en el ambiente.
Durante el invierno se desarrolla a la mínima expresión, pero cuando llega la primavera, su brotación es espectacular y no cesará hasta bien entrado el otoño. Las nuevas hojas al tener un color más claro contrastan con las antiguas de color mucho más oscuro.
El origen del Ficus benjamina.
El Ficus benjamina es originario del sur, sureste de Asia y sur y norte de Australia. Pertenece a la familia de las Moraceae.
De forma popular se le conoce con varios nombres según país. Por ejemplo en Costa Rica lo llaman árbol benjamín, boj o laurel de la India; en América del Sur es conocido como ficus matapalo o caucho benjamina, este último nombre al parecer hace alusión a una especie de resina obtenida de esta planta. Es el árbol oficial de Bangkok, Tailandia.
¿Cómo es el Ficus benjamina?
El Ficus benjamina, dependiendo de la variedad es capaz de alcanzar los 30 metros de altura en condiciones naturales, aunque nosotros no lo veremos crecer más de los 12 metros.
Su raíz si el árbol procede de semilla será pivotante, si procede de esqueje, es fasciculada. Mención aparte son sus raíces adventicias que se emiten desde sus ramas colgando hasta llegar al suelo donde enraízan, formando con el tiempo un entramado espectacular. En el caso de esta especie, de Ficus benjamina sus raíces no son de las agresivas dentro del grupo de los Ficus sp., pero si tendremos en cuenta a la hora de su plantación en el jardín, que se trata de un árbol y va a crecer.
Su tronco y ramas tienen la corteza lisa de color gris. Sus ramas con tallos de ramas flexibles tienen cierto porte colgante, lo que permite poder realizar los distintos portes antes mencionados.
Las hojas brillantes, algo onduladas o lisas son pecioladas, coriáceas, más bien estrechas con el ápice acuminado, que según variedad las encontramos en color verde más o menos intenso y jaspeadas con blanco, dorado y/o verde más claro.
Su floración se muestra en forma de inflorescencia cerrada en tipo de “higo”. El fruto característico se le denomina sicono y en realidad no es un sólo fruto sino una infrutescencia formada por muchos frutitos dentro de un receptáculo carnoso. Estos higos redondos, pequeños son de diferentes colores al madurar según la variedad, los hay de color marrón, ocre o rojo oscuro.
Cuidado del Ficus benjamina como planta de interior.
No debemos asustarnos a la hora de ubicar el Ficus benjamina en el interior de nuestro hogar, porque lo primero que veremos es cómo va perdiendo su follaje. Se trata del ‘sindrome de la casa nueva’.
Los Ficus benjamina tienen la capacidad y facilidad de renovar sus hojas y adaptarlas a las condiciones del momento y eso es lo que suelen hacer. Han estado creciendo bajo invernadero en unas condiciones inmejorables y ahora deben adaptarse a sus nuevas condiciones medioambientales, por lo que opta por expulsar gran parte de su follaje como renovación del mismo. En la nueva brotación a las pocas semanas, sus nuevas hojas ya estarán adaptadas a las nuevas condiciones de luz y humedad del nuevo lugar y volverá a estar frondoso y bello.
Siempre debe tener el máximo de luz posible y una temperatura que no baje de los 12ºC. Evitaremos exponerlo a corrientes de aire ya sea entre habitaciones o provenientes del aire acondicionado.
A la hora de su compra podemos adquirir una hidrojardinera, es una planta que agradece estar en ella. Recordemos que las hidrojardineras ofrecen una humedad constante en el sustrato, sin encharcamientos y sin que le falte el agua. Esa será la pauta que debemos seguir a la hora de su riego. Si le falta el agua se caerá el follaje y aunque se puede recuperar, tendrá un periodo poco ornamental.
Para el trasplante del Ficus benjamina que realizaremos de abril a septiembre, el sustrato adecuado debe ser turboso, un sustrato universal o el sustrato especial para plantas de interior son ideales.
Al ser el Ficus benjamina un árbol de crecimiento rápido, lo abonaremos con un fertilizante especial para plantas verdes. El equilibrio por ejemplo 10-10-10 más microelementos estaría genial. La dosis, la recomendada por el fabricante y la frecuencia será quincenal en los meses de más calor. Si el fertilizante es líquido, lo aportaremos en el agua de riego. Si está en hidrojardinera le aportaremos el abono en un riego directo al sustrato.
En verano, si se encuentra en un lugar muy seco, conviene pulverizar su follaje una vez al día para aumentar la humedad ambiente.
Para limpiar el follaje de los ficus, podemos emplear dos sistemas, uno será meterlo directamente en la ducha a una presión razonable, ¡Cómo lo oyes!, si disponéis de un patio, terraza o balcón, también podemos sacarlos al exterior un día de lluvia. El otro método, en especial para los ficus de grandes hojas como el Ficus lyrata le pasaremos un paño húmedo, hoja por hoja.
Si queremos mantener su crecimiento en las dimensiones deseadas, le efectuaremos la poda en verde durante el verano. Este tipo de poda nos permitirá reconducir su desarrollo y eliminar en algún caso ramas dañadas.
La reproducción del Ficus benjamina se realiza mediante esquejes en primavera con una humedad alta o por acodo aéreo.
Cuidados del Ficus benjamina como planta de exterior.
La plantación al exterior del Ficus benjamina solamente la realizaremos cuando las condiciones sean las óptimas, es decir en lugares donde el clima es cálido con inviernos suaves.
Su plantación en terraza o balcón debe ser a pleno sol y está se hará en maceta o contenedor con buen drenaje. En maceta utilizaremos el sustrato universal o para plantas verdes o de interior, asegurando que tenga buen drenaje. Recordemos que es un árbol y que irá cogiendo el espacio que precisa.
Para su plantación en jardín, lo primero es saber que en un futuro el árbol puede adquirir unos 12 m de altura, aunque mediante podas lo podemos retener. El terreno debe ser fresco, rico en materia orgánica y con buen drenaje; si no fuera así lo debemos mejorar. La profundidad debe ser mínima de medio metro.
En cuanto al riego no debe faltarle nunca la humedad, sin que se encharque y en la época más calurosa podemos rociar su follaje a primera hora de la mañana.
Al ser como hemos dicho varias veces una planta de crecimiento rápido, debemos proporcionarle los nutrientes que necesita. Un buen fertilizante en el agua de riego con los valores NPK 10-10-10 más microelementos es ideal.
La poda no tiene mucho sentido al exterior, a no ser que tenga alguna forma especial que queramos mantener.
Plagas y enfermedades del Ficus benjamina.
Como casi todas las plantas de interior, debido al ambiente en el que se desarrollan, será difícil que se vean afectadas por alguna plaga o enfermedad. Pero si lo tenemos al exterior sí que puede verse afectado por plagas y enfermedades de cultivos colindantes.
En cuanto a plagas nos será útil saber que el pulgón, los ácaros en el verano y las cochinillas son sus peores enemigos, pero se controlan fácilmente con pulverizaciones con el insecticida y acaricida adecuado de forma preventiva o al detectar los primeros síntomas de ataque.
Si lo mantenemos bien nutrido y su riego es el correcto las enfermedades serán difíciles que aparezcan. Si así fuera se trataría de hongos como al alternaria o la antracnosis, que observaríamos en el cambio de color de sus hojas con manchas. Lo mejor es podar esas ramas afectadas y aplicar un fungicida.
Los Ficus benjamina son de las plantas más cultivadas ya no solo en los interiores de nuestras casas, en el Mediterráneo los podemos ver cómo árboles de alineación en numerosas ciudades.